Recién acabo de ver la película de parpados azules, la opera prima del director Ernesto Contreras, egresado del CUEC y protagonizada por Cecilia Suárez (Marina Farfán) y Enrique Arreola (Víctor Mina), ambos en papeles magistralmente actuados.
Siempre me han gustado las películas de antihéroes, y esta no es la excepción. Se trata de personajes totalmente grises. Son gente que no es protagonista de nada, tienen poco dinero, un trabajo menor, tienen muy pocas aspiraciones y sin embargos ellos también tienen una historia que contar. Es el caso de esta película. Una mujer (Marina) que en una rifa de trabajo se gana un viaje para dos personas a “la paradisíaca” “playa salamandra”, situación que para el grueso de la gente seria una maravilla, para ella representa el hecho de enfrentarse a su soledad, a la falta de amigas y al descubrimiento de la verdadera personalidad de su única hermana. Es así que decide invitar a un amigo (Víctor) de la secundaria que no recuerda muy bien y que a su vez es un ser solitario. He ahí la historia.
Ganadora del mayahuel a mejor película iberoamericana y mejor guión en Guadalajara 2007, la película gira en torno al extraño, pero al final de cuentas, moroso romance, (acorde a los personajes), siempre en tono gris, a veces torpe, con personajes que solo son capaces de hablarse por teléfono para decirse nada.
Diálogos cortos y lacónicos con protagonistas que solo están a la espera de lo que la vida les puede otorgar. Perdedores emocionales cuya suerte, aunque sea por una vez en su vida, parece que ha cambiado por completo. De aquí en adelante, lo que venga es ganancia, aunque no se sepa muy bien que es lo que viene.
Siempre me han gustado las películas de antihéroes, y esta no es la excepción. Se trata de personajes totalmente grises. Son gente que no es protagonista de nada, tienen poco dinero, un trabajo menor, tienen muy pocas aspiraciones y sin embargos ellos también tienen una historia que contar. Es el caso de esta película. Una mujer (Marina) que en una rifa de trabajo se gana un viaje para dos personas a “la paradisíaca” “playa salamandra”, situación que para el grueso de la gente seria una maravilla, para ella representa el hecho de enfrentarse a su soledad, a la falta de amigas y al descubrimiento de la verdadera personalidad de su única hermana. Es así que decide invitar a un amigo (Víctor) de la secundaria que no recuerda muy bien y que a su vez es un ser solitario. He ahí la historia.
Ganadora del mayahuel a mejor película iberoamericana y mejor guión en Guadalajara 2007, la película gira en torno al extraño, pero al final de cuentas, moroso romance, (acorde a los personajes), siempre en tono gris, a veces torpe, con personajes que solo son capaces de hablarse por teléfono para decirse nada.
Diálogos cortos y lacónicos con protagonistas que solo están a la espera de lo que la vida les puede otorgar. Perdedores emocionales cuya suerte, aunque sea por una vez en su vida, parece que ha cambiado por completo. De aquí en adelante, lo que venga es ganancia, aunque no se sepa muy bien que es lo que viene.
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